Impactos del COVID-19 en las mujeres y las niñas
Por: FUNIDES | 27 marzo, 2020
La pandemia de COVID-19 ha dejado la muerte de más de 23,900 personas y ha afectado a más de 529 mil personas en más de 190 países[1]. Uno de los grupos sociales más vulnerables son las mujeres y las niñas, ya que, en las crisis, empeoran los niveles de la desigualdad, la pobreza y la violencia a las que son expuestas a diario miles de ellas.
Ante el COVID-19, las mujeres están asumiendo mayores costos físicos y emocionales debido a que son las principales cuidadoras en el hogar y trabajadoras del sector salud, como enfermeras, prestadoras de servicios para el cuido de personas mayores y la niñez, y promotoras de salud comunitaria. Estas son algunas de las principales implicaciones desde una perspectiva de género:
- El 70% de las personas que trabajan en los sectores de salud a nivel global son mujeres y están en primera línea de respuesta a la pandemia.
- Las mujeres sobrellevan una doble o triple carga de trabajo de cuidados no remunerado en los hogares. Esto empeora en tiempos de crisis. Los altos índices de contagio de COVID-19, la saturación de sistemas de salud y el cierre de escuelas hacen que esta carga aumente considerablemente.
- En el contexto de emergencia actual, los riesgos de violencia, especialmente la violencia intrafamiliar contra las mujeres y las niñas, se agravan. La crisis aumenta las tensiones en los hogares debido al confinamiento y el estrés por razones económicas, lo cual dispara las agresiones y la violencia estructural contra las mujeres.
- El cierre de algunos servicios de atención a víctimas basada en género antes o durante la crisis, deja a estas mujeres y niñas más expuestas a la violencia doméstica debido a las medidas de prevención de la pandemia, y sin acceso a redes de apoyo institucional, comunitario y familiar.
- La crisis tendrá efectos en el crecimiento económico y por ende en los ingresos. Sin embargo, las mujeres se verán más afectadas que los hombres dado que la brecha salarial por género es actualmente cerca del 30% a nivel mundial.
- La reducción de la actividad económica afectará principalmente a las trabajadoras informales que pierden su sustento de vida y no logran sustituir su actividad, y a las trabajadoras domésticas, que pueden perder sus ingresos por razones sanitarias cuando las familias para las que laboran les pidan dejar de trabajar como medida de prevención al contagio.
- La crisis impactará especialmente al sector de servicios como comercio y turismo. De acuerdo con la OIT, el 58.6% de las mujeres empleadas trabajan en este sector a nivel mundial, en comparación con el 45.4% de los hombres. La reducción de ingresos impactará a los hombres, pero proporcionalmente más a las mujeres.
- Las mujeres se insertan primordialmente en trabajos precarios, de largas jornadas, sin prestaciones sociales y con mayor desprotección (OIT, 2016). Por ende, ellas recibirán el mayor impacto de las repercusiones económicas que genere esta emergencia sanitaria.
- De acuerdo con ONU Mujeres, en otros brotes de epidemias los recursos ordinarios de salud, incluyendo aquellos para salud sexual y reproductiva, han sido redirigidos para lidiar con las crisis sanitarias. De repetirse ese escenario, el acceso a servicios de salud prenatal y postnatal se vería afectado, lo que impactará a América Latina y el Caribe, una región con altos niveles de mortalidad materna y embarazos a temprana edad.
Para que las respuestas a la emergencia sanitaria aborden de manera diferenciada las necesidades por género desde un enfoque de equidad e inclusión es necesario, de acuerdo con ONU Mujeres:
- Implicar activamente a grupos de mujeres en todas las fases de la gestión, prevención y mitigación de la pandemia, así como en la toma de decisiones nacionales y locales. Esto incluye a las trabajadoras domésticas e informales, trabajadoras de la salud, asociaciones que trabajan con mujeres víctimas de violencia, entre otras.
- Asegurar la atención de las necesidades inmediatas de las mujeres que trabajan en el sector sanitario y garantizarles el acceso a la información, a los equipos de protección personal y a los productos de higiene y prevención.
- Asegurar la disponibilidad de datos desagregados por sexo y el análisis de género, incluyendo las tasas diferenciadas de infección, impactos económicos y en la carga de cuidado diferenciados, barreras de acceso a la salud sexual y reproductiva e incidencia de violencias doméstica y sexual.
- Asegurar la dimensión de género en la respuesta a la pandemia requiere destinar recursos suficientes para responder a las necesidades de las mujeres y niñas. La respuesta debe considerar de manera diferenciada las necesidades, el entorno y las capacidades de mujeres, hombres, niñas y niños, garantizando que todas las personas afectadas sean beneficiadas por la asistencia.
- Impulsar consultas directas con organizaciones de mujeres sobre la situación de las mujeres y las niñas, en particular sus necesidades y las medidas adecuadas para enfrentar la pandemia, asegurando que sus opiniones, intereses, contribuciones y propuestas sean incorporadas en la respuesta a esta nueva crisis.
[1] Ultima actualización de Johns Hopkins University – Coronavirus Resource Center 26/marzo/2020 5:00 pm.